Monday, October 10, 2005

Lost in traslation [Perdidos en Tokio]


No pretendo hacer crítica de cine. No propiamente tal. No......sí pretendo, pero de espectadora esporádica y casual. No sé de cine. No sé de directores, ni siquiera de los clásicos. ¿Puede creerse que no he visto la saga de "El Padrino"? Sí; soy uno de los pocos engendros del planeta que no ha visto clásicos de esa talla, de hecho con suerte me banqué la excesiva galantería machista de Pierce Brosnan en alguna de las películas del agente 007.
Mi novio dice que no tengo "cultura pop". Tuve que preguntarle qué entendía él por "cultura pop". Está claro, al menos para mí, que "pop" es una de las palabras más complicadas que hay en términos semánticos; se define dependiendo del contexto -musical, cultural, subcultural, fashion, artístico (este último el que más claro me queda gracias a la apreciación a la pasada de algún trabajo de Andy Wharhol, que incluso hizo un feísimo retrato de Freud que puse aquí, se lo quiso cagar con lo de las pulsiones, jaja). Bueno, ese no es el punto, discúlpenme los lectores críticos por la imagen poco contingente, pero me llamó la atención. Lo que creo al menos entender, en el concepto de pop, exceptuando la música, es la propiedad de "popular". Es decir, no me parece que The Postal Service sea popular, en cambio sí es música pop, quizás no puramente pop, pero pop al fin y al cabo. Quizás el concepto refiera más bien a una cualidad de las cosas tildadas de "pop" para llamar la atención de la gente, más aún si atrae la atención de las masas -acá incluyo las alegres y pegajosas melodías de Such great heights, por ejemplo, o de The district sleeps alone tonight, y de varias más del disco de The Postal Service.
Pero todo esto qué importa. A mí lo que me importa es que hoy en la mañana vi Perdidos en Tokio. Lost in traslation para los asiduos a los buenos y correctos nombres en el cine. De Sofía Coppola sólo había visto unos fragmentos, al pasar, de Las Vírgenes Suicidas, y creo que si no fuera por el rostro y la actuación de Kirsten Dunst y por la música de Air no me interesaría verla completa. Pero anoche me topé en un video club de barrio, pobremente provisto de material, con Perdidos en Tokio. La impresión primera; otro protagonista perdedor (el papel de Bill Murray). Pero wuau! la cinta sorprendió tímidamente mi despertar de lunes feriado (cosas como las que ocurren en año bisiesto; un lunes feriado inusual tan inusual como un 29 de febrero). Bill Murray efectivamente interpreta a un perdedor; a sí mismo en una faceta bastante particular. Yo no tengo idea si Murray es, en su vida personal, un loser más, pero eso es lo que representa en la cinta. Pero, ¿es un perdedor, como convencionalmente lo conocemos, realmente un perdedor? El perdedor convencional de esta época -moderna o postmoderna, según las concepciones filosóficas de cada cual- es el tipo afectado en sus más íntimas fibras por la aldea global en la que vive. Tiene poco tiempo para su familia, es trabajólico, generalmente mediocre, o bien exitoso pero infeliz, la existencia de sus hijos, si no el mismo trabajo, le ha arrebatado la vida de pareja - a menudo su pareja tiene como amante a un tipo más relajado y de mucho mejor aspecto físico-, a veces busca prostitutas, pero esto no es una característica definitoria, no en lo absoluto. Mira "feo" en el metro, toca la bocina estruendosamente en medio del tráfico -en el caso de que no vocifere improperios varios-, o bien llega a casa a "vengarse" con los suyos del daño que le hizo el mundo con tamaño taco en su camino de regreso a casa. Olvida los cumpleaños, es poco dinámico y en las tiendas sólo requiere que las prendas de vestir sean de su talla. Generalmente no tiene amigos cercanos, o estos no son visibles. ¿Pero esto no es acaso un síndrome bastante común de la agitada vida de gran parte de los países del mundo, y que dice relación directamente con el sistema económico imperante? En ese caso, habría que redefinir la condición de perdedor, pues ésta de la que he tratado de hablar no me parece sino un síntoma de una configuración más grande; sí, aunque síntoma tenga esta connotación medio psicológica, patológica. Por tanto, me decido por no considerar a Bill Murray, como papel (Bob Harris, su alter ego en la cinta), un perdedor. Charlotte, la perfecta imperfecta protagonista también está fuera de lugar, pero no como resultado sintomático del mundo, sino por algo que no sabemos, ¿qué más da? ¿cuántos nos hemos equivocado o no pensado bien sobre cosas importantes, tales como la carrera que estudiamos?. Da igual. Es una historia simple pero intensa. No es una historia de amor, sino una historia de dos personajes que buscan amar y ser amados y encuentran una efímera oportunidad en un viaje casi sin importancia para ambos; la historia es más bien sobre estar perdidos y encontrar una especie de veleta ciega, pues no los lleva a ningún lugar sino a sí mismos. No hablo de una tarea introspectiva, no se me malinterprete. Me refiero al sí mismo como al lugar que les permite disfrutar de sus propias vidas, o más que de sus vidas, de momentos, al lugar donde logran intensificar las sensaciones que lo ameritan. Sin buscar profundidad, sin encontrarla tampoco, estos personajes son intensamente felices al tiempo que temerosos y sublimes, aunque sublime más bien se adecúa a la relación que a ellos. No, ellos también lo son; en tanto absolutamente naturales y verosímiles, descuidados de lo descuidable, sin dejar de lado los detalles, el bar, los tragos. Es un cuento freak, muy freak, pero absolutamente verosímil. Los rasgos de Scarlett Johansson le agregan una atmósfera que evoca -en realidad a mí- a Alicia en el país de las maravillas, sin dejar por ello de ser una chica de 24 o 25 años.
Los escenarios son un recurso más a favor de la personalidad de los personajes; involucran a estos últimos en la medida de lo necesario y los alienan haciendo también de esta manera del recurso escénico un plato de fondo cubierto por su entero contenido.

¿Qué más da? Véanla si no lo han hecho. Las pocas retinas en pares que pasan por acá.

Ap, la cinta es del 2003, si a alguien le interesa situarla en alguna extraña colección. Y un dato más, y no menor, la banda sonora está "buena", aunque pudo ser mejor y más explotada.


[Wilco - I'm a wheel] ------> [nada que ver con la banda sonora de la película]

5 comments:

RgDoll said...

Agrego mi propio comentario. Cuál es la relación de todo esto con la cultura pop? Es, claramente, todo este bagaje de recursos sutiles y bien tratados de lo que me parece carece la esfera más "pop". Los clásicos del cine son bastante explícitos en sus contenidos, objetivos, personajes y ropajes--> recursos explicitados como recursos que venden por su facilidad de digestión. Corríjame usted, señor, si sabe de cultura pop.

Yo, no sé. O quizás estoy hablando de una evolución en la cultura cinéfila de cuyas claves no soy capaz de darme cuenta......

Perdida en

Felipe said...

Dices que no sabes pero lo defines con completa claridad y lucidez... justamente eso es cultura pop...

besos... encontrada sólo por mi.

citizen_insane said...

Tanta cinta, criticas, análisis y palabras de mundo...

Y yo aún sin mis tapes de Plan Z...

Que va, voy a tener q darme un "baño" de "cultura" coaccionando mi coxis en el Normandie durante el verano.

Salu2

RgDoll said...

Sí!, me gusta el plan de Javier

citizen_insane said...

Cual Plan... el Z en mi VHS?

Lástima q te vacunaron con ciber-basura, creo q se pueden eliminar. Al menos así hice yo hace unos días.

Salu2