Hace unos días viajaba en micro hacia la u, y ocupaba ese tiempo muerto en 2 cosas; escuchar música y leer. Lo usual es que esa mezcla no resulte demasiado satisfactoria. Sobre todo cuando lo que escuchas es muy bueno y te impide cualquier nivel de concentración en lo que lees. Escribo sobre esta ocasión porque esa ley general encontró una notable excepción. Lo que escuchaba era el último disco de Beck (Modern guilt, para quienes no tengan noticia de él) y lo que leía era un libro de psicología, de un muy especial psicoanalista inglés (pregunte si y sólo si le interesa la mezcla).
Lo primero que me llamó la atención fue una suerte de complicidad que se generó entre ambas cosas. Esa complicidad se manifestaba en 2 efectos; el primero y evidente, es que la música no impedía la concentración sino que la "estimulaba", y, notable cosa, sin provocar que dejara de poner atención a la música. El segundo efecto, clímax mismo de este asunto, es que a raíz de pensar en esta curiosa combinación (en ese minuto) es que de pronto me encontré pensando en otras cosas, pero muy muy concentrada, y pude ir y venir entre estas "otras cosas" y la mezcla misma, alternando la atención entre uno y otro conjunto de cosas, y sin perderme en el intento. Ojo que no estaba bajo el efecto de ningún tipo de sustancia amable que me ayudara en todo esto.
He ahí que esta excepción instala una nueva regla en mi concepción de las cosas: "la concentración no está impedida por la combinación entre música y lectura; está circunscrita a excepcionales combinaciones de esta naturaleza, que usted sólo podrá descubrir por el más desconcertante de los métodos; el azar"
Les dejo Gamma Ray, del disco en cuestión; no es mi favorita favorita pero es lo que hay (es el video más "mirable" que se encuentra en You.tube). Más para escuchar la canción que para ver el video, queda claro.
PD: Sí, es un poco "perdida en el espacio" esta idea. Pero la experiencia fue notable. (Todo comenzó en la incapacidad de decidir; ¿escucho música o leo? Hay tanto espacio vacío en un viaje por Santiago que uno comete el error de llenarlo demasiado)
Lo primero que me llamó la atención fue una suerte de complicidad que se generó entre ambas cosas. Esa complicidad se manifestaba en 2 efectos; el primero y evidente, es que la música no impedía la concentración sino que la "estimulaba", y, notable cosa, sin provocar que dejara de poner atención a la música. El segundo efecto, clímax mismo de este asunto, es que a raíz de pensar en esta curiosa combinación (en ese minuto) es que de pronto me encontré pensando en otras cosas, pero muy muy concentrada, y pude ir y venir entre estas "otras cosas" y la mezcla misma, alternando la atención entre uno y otro conjunto de cosas, y sin perderme en el intento. Ojo que no estaba bajo el efecto de ningún tipo de sustancia amable que me ayudara en todo esto.
He ahí que esta excepción instala una nueva regla en mi concepción de las cosas: "la concentración no está impedida por la combinación entre música y lectura; está circunscrita a excepcionales combinaciones de esta naturaleza, que usted sólo podrá descubrir por el más desconcertante de los métodos; el azar"
Les dejo Gamma Ray, del disco en cuestión; no es mi favorita favorita pero es lo que hay (es el video más "mirable" que se encuentra en You.tube). Más para escuchar la canción que para ver el video, queda claro.
PD: Sí, es un poco "perdida en el espacio" esta idea. Pero la experiencia fue notable. (Todo comenzó en la incapacidad de decidir; ¿escucho música o leo? Hay tanto espacio vacío en un viaje por Santiago que uno comete el error de llenarlo demasiado)
3 comments:
Sólo diré que eres muy afortunada porque
1. puedes leer en la micro (yo me mareo)
2. andas en micro (yo últimamente a pura bici, e igual extraño ese tiempo vacío pq el tpo en bici ya está lleno
3. lees psicoanálisis (me gustaba, pero lo dejé)
4. por supuesto por haber encontrado "la mezcla", jeje...a mí me pasó eso alguna vez con un disco de Carlitos García.
besotes ambi!
Hace varios años me ocurrio algo similar, sentado en el metro leyendo Lovecraft, se creo un ambiente genial gracias a la combinacion de la musica, imaginacion e historia, la famosa ciudad (imaginaria)de Arkham tomo un tono tenebroso, graficamente como "Sleepy Hollow" donde actua el Sr Depp... esto lo repeti muchas veces, porque de alguna manera u otra rompia la rutina de los viajes al trabajo o a donde fuera. aun no encuentro complemento musical para la filosofia ja! pero supongo que el azar me hara una buena jugada nuevamente ;)Buen aporte Doña, saludos.
Pd: la banda era Soad - Soad
Que buen blog! mmmm a qué psicoanalista leias???? Me imagino esa buena combinación, que afortunada!!!! Cony.
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